resiliencia

Cometer un error no es fin

Por El 30/12/2024

Cometer un error no es el fin: es una oportunidad para crecer

En el mundo profesional, los errores suelen verse como fracasos, pero ¿y si los viéramos como maestros?

La neuroplasticidad, esa increíble capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar, nos enseña que los errores no son más que oportunidades de aprendizaje.

Cuando cometemos un error, nuestro cerebro entra en acción. Reconoce lo que salió mal y busca nuevas formas de resolver el problema. Cada experiencia, incluso las negativas, refuerza nuevas conexiones neuronales, ayudándonos a mejorar. Este proceso es el corazón de la resiliencia: la habilidad de recuperarse, adaptarse y seguir adelante con más fuerza.

¿Qué podemos hacer para aprovechar esto?

 

Cómo aumentar la resiliencia

Por El 04/05/2022

Se entiende por resiliencia, la capacidad del individuo para superar la adversidad.

Todos somos resilientes, en mayor o menor grado. Solo tienes que pensar en algún problema que hayas tenido recientemente y en cómo lo has superado. Pero lo cierto es que no todos poseemos la misma cantidad de resiliencia, lo que nos lleva a que algunos pueden sentir más frustración y desánimo al principio que otros, que parece que no les importa que el mundo se caiga a sus pies, que saben salir a flote.

Lo bueno de todo esto, es que la resiliencia también se entrena y que tu pack básico de resiliencia venga justito, no impide que puedas aprender técnicas y ejercicios para ir aumentando poco a poco tu nivel de resiliencia.

Empecemos por unos simples pasos, que nos ayudarán a centrarnos en el tema a abordar.

1. Optimismo. No se trata de pensar que no importa lo que te pase, que todo el maravilloso y bla, bla, bla...No, se trata de tener una actitud positiva ante la vida. Recuerda que el díalogo interno de tu mente tiene mucho que ver en este punto. Si todo el rato rumiamos sobre eventos terrribles, catastróficos o todo lo que puede salir mal, nos va a costar mucho trabajar el optimismo. En cambio, si empezamos a cuidar nuestro diálogo interno enfocándonos en aquello que queremos conseguir y no en lo que nos molesta, empezaremos a predisponer nuestra energía hacia una actitud positiva y constructiva. La actitud es el 80% del resultado.