Cómo aumentar la resiliencia

2. Acepta la realidad. La realidad es la que es y puede que no nos guste, que no se cumplan nuestras expectativas, que se chafen nuestros planes...pero es así. Cuanto antes lo aceptes, antes podrás empezar a trabajar en esa imagen que quieres construir. Si seguimos mirando "lo que no nos gusta", no podremos encontrar el camino para llegar "a lo que queremos". Acepta éste como tu punto de partida y empieza a contruir desde aqui.

3. Orientate a la solución, no al problema. Volvemos a nuestro diálogo interno, ¿en qué te quieres enfocar, en buscar una solución, unos pasos a seguir, una estrategia o en seguir lamentándote porque la realidad no es cómo tu quieres? Empieza a pensar de manera constructiva, realiza un plan, marca unos pasos, las opciones que tienes, estrategias,... y orienta todos tus esfuerzos a aquello que quieres construir.

4. Asume tu responsabilidad en el proceso. Cuanto antes asumas que lo que te sucede es tu responsabilidad, antes podrás afrontar lo que no te gusta. La gente "no te hace". Tú tienes siempre una opción, con tu actitud, tu respuesta y tus acciones. Aquello que haces, genera reacciones tambien en los demás y da lugar a opciones. Si lo que haces, no te encaja con lo que estás buscando, es hora de cambiar de estrategia. La queja y el lamento no nos lleva a nada constructivo. En análisis de la situación y el reenfoque sí. Acepta la situación, asume tu responsabilidad en el proceso y toma el control de la situación para emprender acciones.

5. Planifica tu futuro. Esas acciones te deben llevar a un objetivo, sino no valdrán para nada. Toda acción que no tiene un propósito, se perderá, pues no irá encaminada a construir algo concreto, con lo que podemos empezar a dar vueltas o trabajar en círculo sin llegar a nignún sitio. Plantéate dónde estás y a dónde quieres llegar. Marca tu objetivo y el plan de acción. Decide qué es lo que quieres construir, así toda tu energía y esfuerzos, estarán alineados con tu objetivo.

6. Rodéate de personas que te hagan crecer. La actitud se contagia, los hábitos también. Si estás con personas positivas, que trabajan, se esfuerzan, colaboran...al final acabarás siendo una de ellas para encajar en el grupo, porque somo seres sociales que sienten el sentido de pertenencia al grupo. De igual forma, si estás con gente negativa, que se queja por todo, que no colabora, que no trabaja en equipo, ¿qué acabará sucediendo? que esa actitud te quemará y desgastará, apagando tus ganas de hacer y mejorar. Rodéate de que gente que sume, no que reste. A todos nos gusta estar con gente positiva que alienta y celebra los éxitos que tenemos. Sé tú uno de ellos y atraerás a gente que resuene con tu actitud. Pon la primera