Nivel de conciencia

Los niveles de conciencia

miscristalessanadores Por El 31/10/2022 0

En Mindfulness

Los niveles de conciencia

Si has empezado a practicar meditación, atención plena o mindfulness, te habrás dado cuenta de que es un poco complicado vivir todo el rato en el momento presente y no dejarse arrastrar por las trampas de la mente. Tenemos tendencia a evadirnos de la realidad que vivimos. Esa realidad que interpretamos en función de nuestros patrones, condicionantes y emociones. Esa realidad que no se ajusta a lo que nos gustaría y en vez de asumirla y tomar responsabilidad, preferimos refugiarnos en un mundo de ilusión dónde sí podemos ser y que ocurra lo que deseamos. Esa realidad que nos gustaría poder cambiar.

La clave para "cambiar" esta realidad pasa por asumirla, en vez de negarla. Cuando no acepto lo que sucede, cuando me siento víctima de los acontecimientos o cuando siento que no soy el creador de mi vida, estoy dejando de asumir mi responsabilidad en todo el proceso.

Si cuando estamos presentes en nuestra realidad decimos que estamos despiertos, podríamos decir que cuando estoy completamente sumergido en el mundo de la mente, estoy dormido. Pero entre estar completamente despierto o dormido, hay distintos niveles, que es a lo que llamamos: niveles de conciencia

 

El primer escalón se corresponde con no darse cuenta de nada de lo que sucede a nuestro alrededor y tomar la vida como la consecuencia de unos hechos sobre los que no tenemos ningún control ni tampoco ninguna responsabilidad.

La gran mayoría de la población se encuentra en este escalón. Muchos de ellos no sentirán nunca la inquietud por conocer sus capacidades más allá de lo que se las limite sus actividades diarias. Cualquier suceso estará justificado por una fuerza oculta, sobre la que no se tiene control ni poder de decisión. En caso de que alguien intentara contarles que hay otras opciones, reaccionarían violentamente al rechazar profundamente cualquier otra opción que no sea su realidad. 

En el segundo escalón, tenemos a los que se les ha despertado en algo la conciencia y se dan cuenta de lo que sucede a su alrededor, pero siguen justificando que la acción no depende de ellos.

Ya no están ciegos en ese aspecto, pero continúan pensando que no tienen opción, o que lo que sucede no es debido a sus actos. Siempre encuentran la justificación para evitar asumir su responsabilidad.

El tercer escalón está destinado a aquellos que se dan cuenta de la realidad en la que viven, asumen su responsabilidad, pero no pueden actuar a tiempo, con lo que en vez de tomar las decisiones conscientemente, asumen los daños de decisiones tomadas estando dormidos.

Con un  poco de práctica, parte de los integrantes de este grupo, pasará al cuarto grupo donde se darán cuenta de lo que sucede en su realidad y podrán tomar la decisión mientras se está ejecutando la acción. Este minoritario grupo podría empezar a decir que empiezan a ser concientes de ellos mismos. 

Finalmente, tenemos el grupo quinto donde sus integrantes son capaces de adivinar lo que sucederá por estar observando la realidad y no sumergido en ella. Creadores de su propia vida, asumen por completo su vivencia y decisiones, pudiendo entonces anticiparse a lo que está por llegar.

De entre todos los grupos descritos, seguro que has intentado elegir el que crees que más se parece a tu nivel de conciencia y por supuesto, aspiras a llegar a ese grupo cinco de creadores de realidad.

¿Qué podríamos hacer para poder evolucionar de grupo y llegar hasta el ansiado grupo de creadores?

Lo primero, asumir nuestra responsabilidad.

Todo lo que nos pasa, es por nuestras decisiones. Ya hemos visto que estas pueden ser conscientes o inconscientes, que podemos tomarlas a priori o una vez se han ejecutado, pero lo que siempre es cierto, es que somos los responsables absolutos de nuestra realidad.

Por otra parte, debemos seguir insistiendo en volver a la realidad que nos rodea y adiestrar nuestra mente para que vuelva al presente una y otra vez.

Para esta labor, será necesario practicar y practicar. La única forma de que la mente aprenda a estar en el presente, es trayéndola hasta el presente, una y otra vez, con distintas técnicas, observaciones, ejercicios u asociaciones.

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